TDAH en adultos

Síntomas, tratamientos y estrategias para mejorar



TDAH
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El TDAH en adultos es más habitual de lo que la mayoría de la gente piensa. Las personas adultas que sufren TDAH suelen haber sufrido fracaso escolar, ser hiperactivos, les cuesta concentrarse, son poco organizados, impuntuales, y tienen dificultades para planificar sus vidas. Todo ello termina a veces por generar una falta de autoestima en ellos mismos y una sensación de no ser capaces de llevar proyectos hacia delante.


¿Qué es el TDAH?

El TDAH en adultos, puede provenir de la infancia…

Hiperactividad
Se trata de un trastorno neurobiológico donde se reúnen tres síntomas: Hiperactividad motora, impulsividad y déficit de atención. El TDAH se identifica cuando estos tres síntomas se observen con mucha frecuencia e interfieran en la vida cotidiana de la persona que los sufre.

Existen varios factores que influyen en la aparición de TDAH. Ahora ya sabemos que tiene un origen biológico relacionado con los sistemas de neurotransmisión, que suele existir un déficit de los sistemas dopaminérgico y noradrenérgico, y que un 80% de los casos de TDAH se deben a una importante carga genética. Si tienes TDAH, hay un 58% de probabilidades de que tu hijo termine también teniéndolo. También hay que tener en cuenta las causas ambientales o los riesgos prenatales. Las mujeres embarazadas que toman alcohol, fuman o toman drogas, afectan al feto de mil maneras distintas. Incluso sabemos que entre los niños adoptados, un 16% sufren TDAH.



Síntomas de TDAH:

Reconocer sus síntomas nos ayuda a tomar consciencia de nuestro estado.

Los síntomas más comunes se inician durante la infancia y suelen ser la hiperactividad, la inatención y un exceso de impulsividad. Pero todas las personas somos distintas, así que en unas personas se manifestarán más unos que otros.

El síntoma más común es esa dificultad para mantener una atención sostenida durante un tiempo prolongado. Suelen perder objetos con facilidad, dejan las tareas a medias, les cuestas escuchar a los demás en el momento en que se les habla, se distraen con mucha facilidad y, como os decía antes, les cuesta organizarse.

También tienen tendencia a actuar sin antes reflexionar lo suficiente sobre las consecuencias de sus actos. No es que vayan a generar ningún peligro inminente, ya que la mayoría son buenas personas, pero actúan por inercia y por impulsos. Suelen interrumpir las conversaciones de los demás, hablan mucho, y se ponen de los nervios si tienen que hacer cola en algún sitio. En realidad, son personas que tienen que moverse constantemente. No pueden estar sentados o quietos. Les cuesta mucho relajarse (aunque ellos piensen que lo están) y suelen encontrarse haciendo mil cosas al mismo tiempo sin que se den cuenta de ello.

Curiosamente, algunos expertos señalan otros síntomas que suelen relacionarse con las personas que sufren TDAH en adultos. Estos son: personas que son grandes comediantes, que ponen motes a las personas, o que tratan a todo el mundo con mucha familiaridad.





A tener en cuenta:
acupuntura
El TDAH en adultos puede estar relacionado con problemas mayores que no deben ser eludidos. Entre ellos, nos encontramos con los trastornos de ansiedad, de depresión, el trastorno bipolar, el trastorno de personalidad, el trastorno de Tourette (tics), o la drogodependencia. También suelen tener más accidentes de coches debido a esa falta de atención.




Meditación:

La medicación puede ser de ayuda, pero cuidado…

meditación
Los medicamentos pueden ayudar a las personas que sufren TDAH siendo ya adultos, pero siempre los deben tomar bajo consentimiento médico. Por lo que sabemos, la medicina corrige y compensa aquellos problemas neurológicos que tienen las personas con TDAH. Eso sí, mientras se encuentren en la sangre. Una vez desaparecen, los síntomas del TDAH vuelven a aparecer.

Existen los medicamentos estimulantes y los no estimulantes. Los estimulantes aumentan la inhibición, reducen las distracciones y nos ayudan a concentrarnos. Ahora bien, en elgunas personas les hace tener insomnio o dolor de cabeza o de estómago. En cualquier caso, antes de tomar cualquier medicamento deberá ir al médico y tener un diagnóstico claro.



¿Qué puedo hacer?

TDAH en adultos. Pequeños trucos para afrontar sus síntomas.

Déficit de atención
La persona con TDAH está acostumbrada a tomar decisiones de forma impulsiva. Responde sin pensar, actúa por inercia, habla deprisa… Debemos refrenar ese impulso de responder al instante frente a cualquier estímulo. Cuando estés con una persona que te hable, debes intentar escuchar lo que dice y esperar unos segundos antes de responder.

Si te preguntan algo, piensa, y luego responde. Lo normal es que un estímulo condicione una respuesta, pero si esta respuesta no tiene una lógica efectiva, el resultado puede ser un auténtico desastre. Hay personas que saben gestionar mejor o peor las cosas, y que saben responder más deprisa que otras. No pasa nada si en tu caso debes pensarlo un poco más, lo que importa no es el tiempo de reacción, sino el resultado final de tus acciones.

Por eso es tan importante la libreta y el hecho de anotar los pasos que vamos a hacer para lograr nuestros objetivos. Porque la libreta nos permite escribir, y escribir nos permite tomar consciencia de nuestro plan de acción. Y, al mismo tiempo, nos ayudará a la hora de delegar, gestionar, etc. Un apunte importante: el teléfono móvil no nos sirve de nada en todo esto, la libreta sí.




Frenar el impulso:

Es importante que cada vez que tengas el impulso de reaccionar deprisa, seas capaz de detenerte unos segundos. Nada más, así de fácil. Este ejercicio es fundamental en las personas con TDAH que no tienen el freno de por sí activado, y de este modo iremos acostumbrando a nuestro cerebro a no saltar a cada instante. Cada vez que tengas el deseo de comenzar algo de forma impulsiva (lo que sea), aguarda, espera unos segundos, y luego pasa a la acción. Si sientes que te pones nerviosa por esperar esos segundos es que estás realizando el ejercicio de forma correcta. Imagina que eres un ordenador que debe procesar los datos antes de pasar a la acción.

Otro ejercicio que puede ayudarte es intentar bajar las revoluciones a la hora de hablar y hacerlo con más calma. Aunque parezca una tontería, esto activará los lóbulos frontales de forma correcta en lugar de colapsarlos. Habla más despacio, anda más despacio...




Aprender de las experiencias pasadas:

frenar los impulsos
Cuando surge un problema, ¿te sientes superado sin saber que hacer? ¿Te castigas por cometer los mismos errores una y otra vez? ¿Dices cosas y luego te arrepientes? Analizar lo que sucedió en el pasado… El problema radica en que cuando vamos a decir algo, antes pensamos en lo que sucedió en el pasado y, una vez nos damos cuenta de que a nadie le hizo gracia el chiste que contamos, decidimos no contarlo de nuevo ahora. Las personas con TDAH, suelen pensar en el chiste que ya contaron y decirlo de nuevo, y, luego, al ver que a nadie le ha hecho gracia, darse cuenta que en el pasado sucedió lo mismo; y de allí el arrepentimiento. Para solucionar esto, hay que parar la mente para darle la oportunidad de no actuar de forma impulsiva. Antes de reaccionar: detenerse, pensar, visualizar el pasado, y luego actuar en consecuencia.



RESUMINEDO:

uno
Si tu jefe te ha dado una serie de instrucciones para hacer, no intentes retenerlas todas en la mente y recordarlas durante un tiempo. Apúntalas siempre en un blog por orden de prioridades, el plazo de tiempo que tiene para hacerlas, y cómo las vas a hacer: voy a delegarlas o no. A partir de ahora, deberás trabajar con la libreta a mano para poder ir consultando las cosas e ir gestionando tus labores.

dos
Intenta tener una libreta para tu trabajo, y otra para tu vida personal.

tres
Cuando tengas que hacer tareas complejas, por ejemplo ordenar una habitación, intenta dividir dicha tarea en otras más pequeñas y ordenadas para poder ir viendo los progresos: ordenar estantes, limpiar armarios, limpiar ventanas…

cuatro
Cuando haya cambio de planes, reorganice tu agenda y tus labores antes de llevarlas a término. Si cambias tus acciones y vas improvisando sin anotarlo y gestionarlo, pronto te sentirás perdida y al ver tus anotaciones no sabrás por donde empezar. Cambios de planes = nueva gestión en la libreta = nueva acción.

Xavier Turell Nebot

TDAH



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