Epilepsia: Síntomas, causas y dudas generales

Epilepsia: Síntomas, causas y dudas generales

La enfermedad que muchos sufren en silencio...


Última revisión: 05/07/2023
Epilepsia
La epilepsia es un trastorno neurológico cada vez más frecuente que afecta a personas de todos los países, culturas, razas y edades distintas. Se trata de una enfermedad que va unida a grandes mitos, leyendas, mentiras y estigmas que llevan del rechazo hasta la marginación de quien la padece; creando una baja autoestima, una baja aceptación, destruyendo oportunidades de trabajo, etc. Es por ello que, aparte de tratar la epilepsia, la mayoría de las personas que la sufren deberán fortalecer su confianza en ellos mismos para poder alcanzar un futuro saludable. Y una forma de hacerlo es eliminar esas falsas creencias que hay sobre la epilepsia. Debemos dar información médica, verídica y contrastada, para que todos estos pacientes puedan ser integrados en nuestra sociedad sin tantos prejuicios. De no hacerlo, la gente suele formarse ideas falsas basadas en comentarios o en películas que distan mucho de la realidad. Y muchas veces, el problema no está tanto en el paciente (que ya sufre lo suyo), sino en nosotros. Veamos en qué consiste dicha enfermedad:

¿Qué es una crisis epiléptica?

La epilepsia ha recibido muchos nombres: «la enfermedad sagrada», «la enfermedad de la caída» o «alfarecía», que proviene del árabe «alfaligiyya» y a su vez del griego «apoplejía». La epilepsia tiene un inicio brusco e incluye varias alteraciones como una sensación de desconexión (de ausencia), puede haber movimientos de la cara, brazos, piernas, se pueden percibir luces, olores, miedo, malestar estomacal, una sensación de algo que ya se ha vivido antes (déjà vu), etc. No siempre hay convulsiones ni caídas en el suelo; son transitorias y pueden durar unos segundos o un par de minutos. Cada una de estas sensaciones, depende del área del cerebro que está afectada.

Resumiendo: las crisis epilépticas ocurren cuando una persona tiene una alteración paroxística, pudiendo manifestarse con síntomas motores, sensoriales, psíquicos o sensitivos.





Un poco de historia...
Han pasado muchos años desde que el hombre creía que las crisis epilépticas eran debidas a un mal de ojo, a una maldición o a una posesión demoníaca. En la Edad Media, donde las personas con epilepsia fueron marginadas debido a esta forma de pensar totalmente errónea, siendo acosadas, maltratadas, despreciadas y castigadas sin piedad. Por desgracia, todavía en la actualidad hay regiones donde estas creencias de lo sobrenatural persisten; e, incluso, hay una población en el sudeste asiático (Hmong), donde veneran a las personas con dicha enfermedad.

En el año 2005 se consideraba que una persona sufría epilepsia si tenía dos crisis no provocadas (fiebre, un golpe en la cabeza, exceso de alcohol…), y separadas entre ellas por más de 24 horas. En el año 2014, la ILAE consideró estas crisis como una enfermedad (algo que todavía no había sido ratificado). Por fin se podía diagnosticar el «síndrome epiléptico».


Distintos tipos de crisis:

tiempo Encontramos tres tipos de crisis epilépticas: de inicio focal, generalizado o desconocido. De hecho, esto no es tan fácil como parece debido a que puede haber crisis que tienen un inicio en una área muy concreta del cerebro focal o parcial, o ser de inicio generalizado en los dos hemisferios cerebrales.

Las crisis generalizadas son las que involucran redes neuronales en ambos hemisferios cerebrales. Se caracterizan por una desconexión brusca que permanece durante unos segundos sin que haya necesariamente una caída en el suelo. Se conocen como «crisis de ausencia». Las crisis focales involucran redes neuronales localizadas en un sólo hemisferio. En estos casos hay una desconexión (o ausencia), la persona no responde aunque tenga los ojos abiertos, puede haber movimientos de la boca o la cara; esto puede durar unos minutos y al regresar a la normalidad el paciente se siente aturdido, confuso, desorientado, y tiene una sensación de cansancio extremo. Puede llegar a convulsionar y se denomina entonces «crisis de inicio focal con generalización secundaria». Cuando no hay evidencias de qué provoca la crisis, la llamaremos «crisis de origen desconocido».


CRISIS REFLEJAS:
Las crisis reflejas (o inducidas) son aquellas que se producen al realizar una actividad mental compleja como escuchar música, hacer cálculos matemáticos, etc. La epilepsia se puede producir por jugar al ajedrez, por la lectura, por la comida, por un pensamiento muy repetitivo… Aunque todavía no se sabe por qué.



¿Qué hacer ante una crisis?

Como veremos más adelante, cuando una persona sufre una crisis epiléptica no debemos introducir nada en su boca: no se va a tragar la lengua. Muchas veces, incluso no será necesario llamar o acudir al servicio de urgencias (aunque es imprescindible visitar al médico para informar, o ir a urgencias si hay daños o lesiones secundarias). En la mayoría de los casos, las crisis durarán poco (aunque a nosotros nos parezca una eternidad) y habrá una total recuperación sin la falta de administrar ninguna medicación.

Ante una crisis, lo más importante es mantener la calma. Si la persona está inconsciente en el suelo, debemos colocarla de lado (a esto se le llama «posición de seguridad»). La boca debería estar inclinada hacia el suelo, ya que si hubiera secreciones (o si hay vómito), se eliminen de forma eficaz y sin riesgos. Corbatas, cinturones o ropa ajustada deberá ser aflojada. Debemos proteger la cabeza y el cuello poniendo algo blando, sin forzar, y eliminar los objetos que puedan ser peligrosos de su alrededor. Bajo ningún concepto intentes detener la crisis o aplacar a la persona que la sufre. No hay que intentar que despierte o tome consciencia, lo hará por sí mismo. Hasta que la persona no se encuentre totalmente consciente, es mejor no darle alimentos ni agua.

En el caso de que se trata de una mujer embarazada, de que tras la crisis haya habidos golpes o contusiones fuertes, si las crisis se van repitiendo en un periodo breve de tiempo, si la persona no se recupera de forma correcta, si la crisis dura más de cinco minutos, o si hay fiebre o la persona ha vomitado: entonces sí que habrá que ir a urgencias para una valoración.

¿Nos podemos tragar la lengua?

Epilepsia Cuando una persona sufre una crisis epiléptica la persona no se va a tragar la lengua; con lo cual, no es necesario meter nada en su boca para evitarlo. Cualquier intento de impedir que se trague la lengua supondrá un riesgo para nosotros y para el afectado. De hecho, la lengua es un músculo muy grande que se fija a su base a través del frenillo lingual. Cuidado, es cierto que hay una excepción. Cuando la persona sufre una crisis estando bocarriba, la lengua puede obstruir de forma parcial la parte posterior de la boca o de la faringe. Sabemos que esto sucede porque solemos escuchar una especie de ronquidos. En estos casos, lo único que se debe hacer es poner a la persona de lado.

Caer al suelo, convulsionar, echar espuma por la boca…

La epilepsia, como ya os he dicho con anterioridad, tiene muchas formas de manifestarse y grados muy distintos entre ellos. Así pues, sufrir una crisis no significa que vayamos a dar un espectáculo digno de una película de terror, ni es necesario que la persona sufra convulsiones, ni que se haga sus necesidades encima, ni que saque espuma por la boca… Además, existen crisis que no son epilépticas, algo que el médico debería tener en cuenta. Podemos sufrir síncopes o lipotimias (que pueden estar acompañadas de convulsiones sin tener relación alguna con la epilepsia), crisis psicógenas de origen no epiléptico, trastornos relacionados con la alteración del movimiento, pérdidas de conciencia, etc.

¿Podemos hacer deporte si sufrimos epilepsia?

redes sociales Ante todo, siempre debemos consultar a nuestro médico. Ahora bien, practicar ejercicios aeróbicos hace que estimulemos determinadas áreas del cerebro (sobre todo la del hipotálamo, el hipocampo, la amígdala y la corteza prefrontal), influyendo en la inhibición de los mecanismos que provocan las crisis epilépticas. Eliminar de forma natural los radicales libres y activar las propiedades antioxidantes de nuestro organismo también nos beneficia. Así mismo, el deporte (realizado de forma periódica) nos ayudará también en el aspecto mental, disminuyendo los niveles de estrés y ansiedad. El ejercicio ayuda al sistema cardiovascular, reduce los radicales libres de las mitocondrias y libera factores tróficos desde el hígado y los músculos. Todo ello favorece la liberación de factores de crecimiento celular a nivel cerebral (liberación de neurotransmisores), que inhiben las crisis epilépticas.

Hasta ahora os estoy hablando de ejercicio aeróbico, pero es cierto que no todas las personas somos iguales y que según el grado de epilepsia y el deporte que hagamos, nos puede beneficiar más o menos. De ahí la consulta siempre a nuestro médico. En el siguiente enlace podéis consultar los posibles riesgos que hay (si son más elevados o no) según el tipo de deporte o actividad que hagáis: Tabla de riesgos

Según esta tabla, las personas que no tengan crisis epilépticas durante un periodo mínimo de un año podrán realizar los deportes del grupo 2 y 3. Si hay crisis sin pérdida de consciencia pueden trabajar el grupo 1 y algunos del 2. En crisis mal controladas y repetidas sólo del grupo 1. Hay personas que sufren crisis epilépticas al realizar deporte, en estos casos, el médico deberá estudiar caso por caso. Recomendaciones: Intenta no llegar a la fatiga extrema, los ambientes extremadamente calurosos, hidratarse bien, realizar una dieta equilibrada, dormir las horas que son necesarias para realizar una buena recuperación, hacer mínimo dos días de descanso a la semana, evita tomar alcohol, utiliza pulseras con tu identificación o configura tu teléfono móvil con la información de emergencia.

En resumen, salir a andar todos los días, correr, practicar excursionismo o cualquier ejercicio aeróbico moderado y de forma periódica, nos beneficia a todos (tengamos o no epilepsia). Ni cabe decir, que si sufres crisis debes evitar los deportes de riesgo… A demás, deportes de conducción (coches, motocicletas), deportes aeronáuticos, subacuáticos (buceo), necesitarán un certificado médico para poderse realizar.

Los problemas mentales:
La epilepsia es una enfermedad neurológica crónica que desencadena un funcionamiento anormal y transitorio de un grupo de neuronas que predisponen a la persona a sufrir crisis epilépticas de forma repetida; en ningún caso es una enfermedad psiquiátrica o mental. Es cierto que, en algunos casos concretos de difícil control, hay un riesgo mayor de sufrir trastornos del estado anímico: ansiedad, depresión, irritabilidad, etc. Todos estos casos deben ser valorados por el médico. La incertidumbre de volver a sufrir una crisis epiléptica en cualquier momento produce más miedo y ansiedad, y esto puede conllevar a alteraciones en nuestro estado de ánimo y a un mal control de la epilepsia.

¿Puedo trabajar?

pensar El desconocimiento de la epilepsia por parte de nuestra sociedad conduce a problemas de marginación, discriminación, etc. basadas (como decía al inicio de este artículo) en prejuicios infundados. Las personas con epilepsia temen sufrir un ataque durante el horario laboral debido a las consecuencias inesperadas que pueden ocurrir con respecto a sus compañeros de trabajo, jefes… Pero la verdad es que las personas que sufren epilepsia pueden trabajar sin problema, y más de un 70% de ellos podrán realizar una actividad normal y sin problemas. La dificultad es que cuando una empresa sabe que un trabajador tiene epilepsia, su integración laboral sigue siendo difícil.

La ley de prevención de riesgos laborables especifica que: «el empresario garantizará de manera específica la protección de los trabajadores que, por sus características personales o por un estado biológico conocido, incluidos los que tengan reconocida la situación de discapacidad física, psíquica o sensorial, sean sensibles a los riesgos derivados del trabajo… El empresario deberá tener en cuenta estos aspectos en la evaluación de los riesgos y, en su función, adoptar las medidas preventivas y de protección que sean necesarias… El trabajador tiene la obligación de comunicar al empresario o a su superior acerca de cualquier enfermedad que comporte un riesgo para su propia seguridad y la de los demás trabajadores...». La legislación española establece limitaciones legales laborables e inhabilita el ejercicio de algunas actividades por suponer una situación de riesgo para la persona con epilepsia o para otras personas. Al mismo tiempo, la constitución española menciona el derecho y deber de todos los españoles a una profesión libremente elegida, sin discriminación.

¡Estoy embarazada!

felicidad Por lo que sabemos, la mayoría de las mujeres que sufren epilepsia van a tener (en edad fértil) un embarazo y un parto con total normalidad. Si la mujer tiene dificultad para quedarse embarazada no dependerá siempre de si sufre dicha enfermedad, hay problemas de fertilidad (muy comunes en otras mujeres) que también pueden afectar al proceso. Es cierto que las mujeres con crisis epilépticas de difícil control tienen más problemas para conseguir un embarazo. En todos estos casos, debemos tener en cuenta la medicación que tomamos y los altos índices de ansiedad y estrés que sufre el paciente.

La FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos) y la EMA (Agencia Europea de Medicamentos) han prohibido el uso de ácido valproico en mujeres embarazadas. Esto se debe a que los niños expuestos a este compuesto mientras la madre está embarazada, tienen luego un coeficiente intelectual más bajo que el resto de los niños. Eso sí, hay estudios que demuestran que la toma de ácido fólico (que toman la mayoría de mujeres embarazadas) durante el período periconcepcional y el primer trimestre de embarazo, conlleva a una disminución del riesgo de retraso del lenguaje en los hijos de mujeres con epilepsia.

Encontraréis más información en la revista Neurology y en el Ministerio de Sanidad .

¿Tienes un seguro?

Si sufres epilepsia estás obligado a informar a la compañía de seguros ya que, de no hacerlo, tu seguro podría perder validez. Ahora bien, una vez informado, la persona con epilepsia tiene el derecho de tener un seguro igual a cualquier otra persona.

Las personas epilépticas pueden conducir; ahora bien, aquellas que quieran obtener o prorrogar su carné deberán aportar un informe de un neurólogo en el que se cite lo siguiente: el diagnóstico etiológico, el cumplimiento del tratamiento, la frecuencia de las crisis, el tipo y la hora de presentación, e informar de que su tratamiento no dificulta la capacidad de conducir.


Tratamiento:

concentración En el tratamiento de la epilepsia existen varios objetivos que deben tenerse en cuenta: en primer lugar controlar o eliminar las crisis epilépticas, pero además, también evitar los efectos secundarios (a corto y largo plazo) que se puedan ocasionar. Actualmente, hay más de 20 fármacos para poder tratar la epilepsia.

Además de los fármacos, hay otros tratamientos como son el tratamiento quirúrgico, por radiocirugía estereotáctica, a través del estímulo del nervio vago, del nervio trigémino, de la estimulación eléctrica profunda y cortical en zonas epiletógenas, a través de la estimulación magnética transcraneal, o el tratamiento con dieta cetogénica.

Debemos tener claro que no se puede tratar con cirugía a todas las personas que tienen epilepsia. La radiocirugía estereotáctica es efectiva en malformaciones arteriovenosas y en ciertos tumores cerebrales de pequeño tamaño; todavía se realiza en pocos centros. La implantación de un generador de estímulos bajo la piel del tórax para que emita impulsos eléctricos al nervio vago evita que se inicie una crisis epiléptica. Es una técnica utilizada en personas con difícil control de la epilepsia (parecida a la del nervio trigémino). En aquellas personas que tengan crisis de difícil control y, además, presentan un déficit de GLUT-1 (transportador de glucosa) o de piruvato deshidrogenasa, se puede utilizar la dieta cetónica. Aun así, esta dieta se utiliza también en casos extremos. La dieta cetónica es alta en grasas y baja en carbohidratos, produciendo así cuerpos cetónicos en el organismo; de ahí que sea estrictamente necesario realizarla con un control médico exhaustivo. Os expongo a continuación un estudio publicado en la revista “Nutrients” sobre este tipo de dieta, podéis consultarlo aquí.




Biografías:
«Epilepsia, verdades y mitos», Pablo Quiroga Subirana - Almuzara, 2021
«Medicina interna fundamental», J.M.Grau, J.Guardia, A.Net - SPRINGER-VERLAG IBERICA, 2000
«Ministerio de Sanidad» https://www.aemps.gob.es/
«Neurology» Neurology.org
«Nutrients» https://www.mdpi.com/journal/nutrients

Epilepsia: Síntomas, causas y dudas generales.
Xavier Turell Nebot



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