Ubuntu

Una puerta hacia el exterior.



Ubuntu
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La palabra africana Ubuntu surge de la cultura Zúlu y Xhosa y significa: "Yo soy porque nosostros somos". Y es que hoy en día palabras como lealtad, respeto, empatía o humildad, pierden el sentido en un mundo donde educamos a nuestros hijos para competir de forma individual y alcanzar objetivos concretos y propios.

Nuestra sociedad está llena de tantas dificultades y preocupaciones que nos impiden tener una vida, no fácil, sino más bien ordenada y tranquila. Muchas personas buscan, incluso de forma obsesiva, un camino a seguir a través de la introspección y, si bien es cierto que la felicidad se encuentra en el interior de cada persona, también es cierto que debemos relacionarnos con el exterior para poder tener una visión más amplia de nuestras preocupaciones. Ya que sólo cuando conectamos con las demás personas tenemos la oportunidad de encontrar el consuelo o la alegría que nosotros necesitamos.



No estamos solos

Sin los demás, nunca llegariamos a ser nada

compañerismo
Una cosa es ser amable con los demás para mantener una formalidad, y otra bien distinta es reconocer el valor intrínsico de cada persona. Lo primero que nos enseña la palabra Ubuntu es que si somos lo que somos es gracias a los demás, a los cientos de miles de relaciones que nos han dado la oportunidad de aprender muchas lecciones sobre la vida y sobre cómo vivirla de la mejor manera posible. Cuando una sociedad se cierra en lo individual y no enseña o ayuda a los demás en su camino, se cierra sobre ella misma y no puede evolucionar. Tus padres te enseñaron a andar, tu profesor a leer, aquel señor de allí te enseñó un oficio, el otro te acompañó en algún que otro viaje… ¿De verdad crees que todo lo que eres te lo has ganado siempre tú sólo? Aún el ser más solitario tiene que tener su propio reflejo en el rostro de alguien más. Pero siempre hay gente que te dirá que todo lo que tienen es gracias a su propio esfuerzo. Y es cierto porque para hacer algo en la vida uno tiene que esforzarse, pero también debe haber una reacción a ese esfuerzo que nunca dependerá de uno sino de los demás. Particularmente me he esforzado mucho en poder ser masajista y tener mi propia consulta de masajes, pero sin mis profesores, sin aquellos pacientes que confían en mi trabajo y que con el tiempo se convierten casi en buenos amigos, ni habría consulta, ni quizás yo sería masajista…

Pregúntate: ¿Cuantas personas te han ayudado en la vida? ¿A cuántas has ayudado tú? ¿Qué es lo último que has hecho por alguien que te ha hecho sentir especialmente bien? ¿Qué puedes hacer hoy? ¿Y mañana?




Caminos contrarios
acupuntura
Las redes sociales nos enseñan que la vida de un «influencer» es mucho mejor que la nuestra. Seguimos a gente que desconocemos pero que viven unas vidas tan bellas que terminan condicionando nuestros propios deseos. Nos empujan, queremos ser como ellos porque sencillamente nos comparamos y porque vivimos en un mundo donde debemos competir los unos con los otros. El Ubuntu nos muestra que todos los seres humanos valemos lo mismo. No se trata de comparar sino de valorar lo que los demás aportan a nuestras vidas de una forma positiva. Y, una cosa es aportar, complementar o sumar, y otra bien distinta es arrastrar o condicionar en beneficio propio.




La amabilidad invisible

Breves consejos que podrían ayudarte...

La sociedad en la que vivimos nos obliga a competir entre nosotros. Son muchas las personas que piensan que hay que pasar por encima de los demás para poder alcanzar nuestros objetivos. Esa lucha basada en el egoísmo de cada individuo, en su propia avaricia, es el que forma seres salvajes y no seres humanos. Por otro lado, el cambio que ha ido realizando nuestra sociedad nos demuestra que cada vez es más necesario trabajar en equipo, incluso con personas a las que no conocemos. ¿Cómo vamos entonces a realizar esto sin generar tensiones y conflictos? Y la respuesta es tan fácil como comprender que cuando haces daño a alguien te lo infringes a ti mismo, mientras que, cuando vemos a los demás como aliados, todos salimos beneficiándonos.

Pero, cuando alguien te ve como a un aliado, ¿tú te das cuenta de ello? Porque solemos estar tan distraídos y preocupados en nuestros quehaceres que solemos menospreciar esos gestos de los demás hacia nosotros de bondad, respeto y amabilidad. ¿Damos las gracias al señor de la tienda que nos acaba de atender? ¿Somos conscientes de que alguien nos está abriendo la puerta y de que nos deja pasar? ¿Sabemos agradecer esos pequeños gentos? ¿Obramos nosotros por igual? Si perdemos esa conexión tan sutil con nuestro entorno debido a que nos centramos sólo en lo que nos ocurre a nosotros y en todas las tragedias que arrastramos y lo mal que está el mundo, jamás seremos capaces de abrirnos al exterior y vivir una vida mucho más plena.




Trabajar en equipo
acupuntura
Por desgracia, las grandes sociedades han ido potenciando el individualismo. Aunque queramos negarlos, la verdad es que cada uno de nosotros quiere ser el mejor en todo y odiamos que alguien nos diga cómo debemos hacer las cosas. Y, si encima tenemos que compartir nuestra información con alguien, todavía nos cuesta más. En cambio, en los pequeños pueblos donde las personas debían vivir del alimento de un pequeño terreno, no les quedaba otra que unir sus fuerzas y generar vínculos afectivos para poder seguir adelante. Por suerte, parece ser que algunas empresas empiezan a darse cuenta de lo importante que es trabajar en equipo, a la hora de que un proyecto evolucione de forma rápida y efectiva. Pero, aún así, todavía nos falta mucho como sociedad… Ocurre en el mundo científico y en el médico, donde ya no trabaja y toma decisiones un solo médico ante un nuevo caso clínico, sino que hay un equipo de médicos que juntos valoran al paciente y toman decisiones al unísono. Este sería un claro ejemplo de Ubuntu, unir el conocimiento de varios profesionales por el bien de un ser humano.



Cambiar tu punto de vista

Algo que nos cuesta mucho de aceptar

puntos de vista
Tenemos que aprender a ser capaces de comprender el punto de vista de los demás por mucho que discrepemos de éstos. Cuando vemos que hay gente tan rica por el mundo y que otros sufren las consecuencias de la pobreza y de las miserias, puede que nos enfademos de tal injusticia. Pero si nosotros, digamos que somos pobres, nos pusiéramos en el lado de los ricos, deberíamos entender que a ellos se les ha educado así, y que si nos hubieran educado a nosostros del mismo modo, seguramente pensaríamos y actuaríamos de igual manera. Es decir: aunque nos gusta considerarnos defensores de la justicia, cuando se da una situación injusta en la que los beneficiados somos nosotros, la mayoría ya no somos tan valientes… Y es que cuando el viento sopla a nuestro favor, gozamos de unos privilegios de los que no nos cuestionamos ni su origen ni sus consecuencias.

Por ello es tan importante que cuando ves algo que te irrita te preguntes, ¿qué harías tú en las mismas circunstancias? Y no te dejes llevar por una simple respuesta impulsiva o emocional; si buscas en tu interior, seguramente la respuesta no sea de tu agrado, pero en el fondo, sabes que es la verdad. ¿Por qué se ha comportado así? ¿Cuáles son sus circunstancias? Cuando una persona hace daño a otra casi nunca es personal. Hay muchos factores, como su educación o las experiencias que le han ido marcando durante la vida, que suelen ser la causa de tomar malas decisiones o de afectar a los demás sin darnos cuenta. RECUERDA: El perdón sólo funciona cuando una parte decide ponerse en el lugar de la otra.



Humildad

La pérdida de valores humanos...

África
En algunas regiones de África, cuando un niño discute con su hermano, la madre le pide al niño que le explique, con sus propias palabras, lo que el hermano le estaba intentando decir. Y es que cuando expresamos en voz alta el argumento del otro, en cierto modo nos estamos damos la oportunidad de darnos cuenta de lo que realmente nos estaba diciendo, y de cómo nosotros lo estábamos interpretando. Es un buen ejercicio de humildad. Debemos comprender que al dejar de lado nuestro ego y nuestro orgullo, al actuar siempre con humildad, nos damos la oportunidad de poder aceptar a los demás. Porque, además, todas las personas tienen algo que ofrecernos y no deberíamos perder dicha oportunidad. Es más, en vez de fijarnos en todos los defectos (desde nuestro punto de vista) de las demás personas, deberíamos prestar más atención en aquello que nos aportan; ya que todos tenemos siempre algo que ofrecer.



La perspectiva

No todo es lo que parece...

Durante el viaje de nuestra vida, debemos aprender a tener una visión amplia de las cosas y de nuestro entorno; porque sólo así podremos tomar decisiones justas y compasivas. También debemos comprender que sólo podremos superar nuestras diferencias si pensamos en el bien común. Ello requiere un esfuerzo de todas las partes implicadas, pero el resultado siempre será un acto de responsabilidad de entre todos. En cambio, sí sólo pensamos en nuestros propios intereses, perdemos la oportunidad de beneficiar a los demás y tarde o temprano saldremos perdiendo nosotros.

Antes de juzgar a alguien, debemos preguntarnos por qué ese alguien tomó una decisión y no otra en algún momento de su vida. De ese modo, logramos ver las cosas desde una nueva perspectiva. No debemos olvidar que no todos vemos las cosas de la misma manera. Todo depende de la cultura de cada persona, de sus valores, de la educación que hayamos recibido, de nuestras experiencias personales, etc. Por esa razón, lo que para unos es totalmente razonable, para otros puede significar una auténtica locura.




El respeto

Una persona es persona a través de los demás. Su humanidad, está unida a la humanidad de los demás y, si te deshumanizo, me estoy deshumanizando a mí mismo. Por esa razón, el respeto empieza por uno mismo. Pero no se trata de una reacción egoísta, ya que el respeto debe ser igual para todos. Ahora bien, si queremos cuidar de nosotros mismos sin dejar de ayudar a los demás, tenemos que aprender a poner límites que respeten nuestras necesidades.



El perdón

El perdón ayuda a recuperar la dignidad y el respeto por uno mimo. Nos ayuda a comprender que no es bueno sentarnos solos con nuestro rencor, que debemos abrirnos… De hecho, el perdón no nos beneficia sólo a nosotros, sino también a los demás y nos ayuda a recuperar nuestro equilibrio. El rencor, en cambio, nos atrapa y nos devora por dentro. Es fácil perdonar a alguien que te a pisado un pie sin querer, pero al marido que te engañó o que te traicionó... Debemos entender que cuando no perdonamos, sufrimos porque revivimos la sensación (o aquello que sucedió) de forma continua, manteniendo el sufrimiento que nos ocasionó intacto. Y esto crea un precedente que nos nubla nuestra capacidad para juzgar a otros más adelante.

¿Cómo podemos perdonar a alguien si todavía nos sentimos ofendidos por dicha persona? Ante todo, debemos comprender que todos tenemos derecho a sentirnos mal cuando alguien nos ha hecho alguna jugarreta. Aún así, tras esta evidencia, debemos hacer un mínimo de esfuerzo en ver al otro como un ser humano más y en intentar comprenderlo. Desgraciadamente, no se puede obligar a nadie a realizar todo esto, ya que se requiere una fortaleza mental por parte del afectado y hacerlo de forma firme y sincera. Recuerda: cuando perdonamos, no lo hacemos por el bien de la persona que nos ha herido, sino por nosotros.




¿Qué nos dice el Ubuntu?

— Aunque nos parezca sorprendente, siempre hay cosas que nos unen los unos con los otros. En vez de cerrarnos en nuestras diferencias, deberíamos abrirnos ante aquellas cosas que verdaderamente nos unen (aunque haya otras de las cuales discrepemos).

— Aislarnos no nos sirve de nada. Los seres humanos estamos hechos para vivir en sociedad, aunque nuestra propia sociedad nos muestre todo lo contrario. Las redes sociales y las nuevas tecnologías pueden sernos útiles, pero debemos esforzarnos y poner de nuestra parte para mantener relaciones plenas y sanas, ya que sólo uniendo nuestras fuerzas llegaremos antes a nuestros objetivos.

— Aprende a ponerte en el lugar de los demás. Haz un esfuerzo por comprender cómo piensa la otra persona, porqué piensa así, y porqué hace lo que hace.

— Amplia tu mirada ante las cosas. Cerrarse en las ideas de uno mismo no te ayudará a comprender a los demás, hay que abrir el campo de visión (o de comprensión), para poder ver más allá. Hazte preguntas, duda, esfuérzate en escuchar a los demás…

— En vez de ser tan optimista, alimenta la esperanza todos los días.

— Empieza por aceptar la realidad que vives en este mismo instante. Si nunca aceptamos lo que somos, nunca podremos avanzar hacia delante.
Xavier Turell Nebot

Ubuntu



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