Dejar de fumar

Comprende cómo funciona tu cuerpo



dejra de fumar
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Dejar de fumar es algo que muchas personas desean, pero que no todas lo consiguen. El tabaco es una planta cuyas hojas se secan para poder fumar. Representa la principal causa de enfermedad evitable para la mayoría de los países desarrollados, y se cree que un 19% de casos de mortalidad se evitarían dejando dicho hábito. Fue introducido en Europa tras el descubrimiento de América, y luego se extendió por todo el mundo. Se han identificado más de 4.000 componentes en el humo del tabaco de los cuales son cancerígenos 43 de ellos, y la nicotina y el alquitrán son sin duda los más conocidos. Aunque no debemos olvidar muchos otros como: la acetona, el amoníaco, el arsénico, el cianuro…

¿Cómo afecta esto a nuestro organismo? Pues favoreciendo la bronquitis crónica y el cáncer de pulmón, aumentando el riesgo de padecer enfermedades como las anginas de pecho y los infartos, o produciendo gastritis, úlceras, etc. Puede parecer algo fuerte pero un fumador no deja de ser un drogadicto (aunque a bajo nivel) debido a la nicotina, que es la que produce su adicción. En este artículo, vamos a estudiar sus efectos y cómo podemos dejar de fumar de la mejor manera posible.




¿Qué sucederá si dejo de fumar?

Toma nota de lo que puedes ganar a partir de ahora

oxígeno
En 20 minutos la presión arterial tiende a bajar a su nivel normal y también el ritmo cardíaco. A las 8 horas, la concentración de oxígeno y de monóxido de carbono se equilibran a su condición normal. Dos días después, aumenta la sensibilidad, el olfato y la agudeza, no te cansas tanto, y las terminaciones nerviosas se regeneran más fácilmente. Al pasar un par de semanas la circulación mejora considerablemente, al igual que la función pulmonar. Entre el primer mes y el noveno, disminuye la tos, la fatiga y la congestión nasal. Así mismo, se expectora mejor debido al aumento de los cilios en los pulmones y se resisten mejor las infecciones. Con el tiempo, las posibilidades de sufrir un problema cardíaco disminuyen un 50%.



¿Voy a engordar?

No te alarmes por algo que es normal

Cuando una persona deja de fumar puede que coja unos kilos de más. Eso es debido a que el tabaco inhibe la secreción y la motilidad del estómago, disminuyendo así el apetito. Por eso, durante los primeros días, la persona se encuentra algo más nerviosa y come más de lo debido. Es aquí donde la acupuntura, concretamente la auriculoterapia, puede sernos de gran utilidad. Otro efecto importante que suele ocurrir en los fumadores es cansarse con más facilidad. Eso sucede debido a que el monóxido de carbono se inhala con el humo del tabaco y éste se une a la hemoglobina, reduciendo la cantidad de oxígeno que llega a los tejidos de un 15 a un 20%.




FUMADORES PASIVOS:
acupuntura
Nos preguntamos si el humo que respiramos las personas no fumadoras es tan malo como dicen. Pues bien, ahora sabemos que el humo que desprende el cigarrillo, contiene una concentración de nicotina y alquitrán tres veces superior al inhalado. Vale la pena tenerlo en cuenta.




El ámbito social:

El porqué de comenzar a fumar...

relación social
Cuando fumamos por primera vez solemos tener una experiencia más bien desagradable. Si sufrimos la denominada “intoxicación aguda por nicotina” que nos causa mareos, vómitos, vértigos, tos, sensación de debilidad… ¿Por qué insistimos con ello? Es aquí donde los factores sociales entran con fuerza y modifican nuestra conducta y forma de ver las cosas. “Debemos ser maduros, manifestar una firme seguridad en nosotros mismos, convertirnos en adultos, formar parte de nuestro entorno…”. Y, hacer lo que los demás hacen, nos abre un camino fácil hacia la posible aceptación.

El problema empieza en que la mayoría de los fumadores creen que fumar les ayuda a relajarse y a tener más confianza en ellos mismos. Hay tantas situaciones a nuestro alrededor que nos transmiten nerviosismo, que necesitamos algo para poder gestionar todas esas emociones de rabia, miedo, dudas, etc. Y fumar nos hace sentir mejor o, al menos, eso creen las personas fumadoras. Es curioso pero, la gente se engancha a fumar porque se siente más adulta, y luego se pasan la vida de adultos intentando convencer a sus hijos de que no fumen, mientras hacen enormes esfuerzos por dejarlo. Paradójico, ¿no os parece? Pero hay varias razones que hacen que las personas empiezan a fumar y sigan haciéndolo, una de ellas, es la nicotina.





La gente se engancha a fumar porque se siente más adulta, y luego se pasan la vida de adultos intentando convencer a sus hijos de que no fumen.



Y si sigo fumando...

Una de las posibles consecuencias de fumar es el cáncer de pulmón

pulmón
El cáncer de pulmón es uno de los efectos más palpables del hábito de fumar, debido a que el alquitrán del tabaco irrita el tejido del aparato respiratorio. Y aquí hay que matizar: no es que todo fumador vaya a sufrir cáncer, sino que aumenta las posibilidades de contraer dicha enfermedad. Así mismo, la nicotina mantiene una relación directa con las patologías cardiovasculares. Tiene una acción vasoconstrictora que provoca lesiones en las arterias. El humo del tabaco produce un aumento del grosor de las paredes de los vasos, disminuyendo su calibre, y facilitando la aparición de trombos. Por eso se dice que el riesgo de muerte por una enfermedad cardíaca es el doble en fumadores que en no fumadores.



¿Estás embarazada?

No se te ocurra fumar

Más grave resulta cuando la persona que fuma es una mujer embarazada. Se sabe que los recién nacidos de madres fumadoras suelen ser prematuros, pesando unos 200 gramos menos que los hijos de mujeres que no fuman. Además del riesgo de padecer complicaciones en el parto, etc. El efecto del tabaco sobre el crecimiento fetal tiene más consecuencias durante el embarazo. Por eso, muchas madres fumadoras deciden dejar de fumar durante ese tiempo y, aunque digan que lo dejan para siempre, más del 50% de ellas recaen unos meses después.



¿Cómo funciona todo el proceso?

Debemos comprender cómo el tabaco afecta a nuestra salud

tabaco y estrés
A través de los pulmones, cada calada transmite al cerebro una pequeña cantidad de esta sustancia. ¿Sabías que esa pequeña dosis de nicotina actúa casi con más rapidez que una dosis de heroína de un heroinómano en vena? Por suerte, el cuerpo la elimina y en menos de una hora disminuye mucho en la sangre, produciendo esa sensación de que falta algo, de vacío… Por ello, si sufrimos una situación de estrés inmediatamente vamos a por el cigarrillo. Pero compensar esa falta de nicotina sólo nos otorga una falsa sensación de bienestar, ya que la escena que ha producido el estrés no la hemos afrontado todavía… Y claro, como el cigarrillo nos hace sentir mejor, más tranquilos, empezamos a creer que fumar nos beneficia. Pues no, fumar no nos beneficia. Y no, no es un hábito, sino una adicción.



¿Toda la culpa es de la nicotina?

Hay muchas más cosas que debemos tener en cuenta

Conforme pasa el tiempo, nuestro cuerpo se va haciendo inmune a los efectos de la nicotina y nos pide más. La buena noticia es que la nicotina tarda unas tres semanas como mucho en eliminarse del cuerpo. Observad una cosa: los fumadores pasan toda la noche sin fumar. Es decir, sin estrés, sin ansiedad y sin sufrir el mono por un cigarrillo, algo bien distinto de lo que ocurre durante el día, ¿no es verdad?. Así que, quizá haya algo más aparte de la nicotina que nos impide dejar de fumar…

Aunque las grandes marcas son especialistas en usar publicidad subliminal en sus productos, lo que de verdad hace que la gente siga fumando es el miedo ante esa sensación de vacío e inseguridad que se apodera de ti tras dejar de tomar tus dosis habituales de nicotina. Otra cosa es que no te des cuenta o que no quieras admitirlo. Si la gente que hay a nuestro alrededor fuma y nosotros no, sentimos que algo falla. Insisto, creemos que fumar nos gusta (frase célebre entre fumadores), que nos relaja, cuando lo único que hace es aliviar la ansiedad que produce la propia falta de nicotina en nuestro cuerpo.





CIGARRILLOS BAJOS EN NICOTINA:
acupuntura
Son muchos los autoengaños que la mente de un fumador suele utilizar para no dejar de fumar, muchos. Por ejemplo, ¿cuántas veces hemos oído decir a alguien: “Yo fumo cigarros bajos en nicotina porque son más sanos“? Pues bien, los estudios indican que este tipo de cigarrillos (al tener menos nicotina) incitan al fumador a fumar más, para poder llegar así a la dosis adecuada que necesita su organismo. De ese modo, mientras la industria nos convence de que cuida nuestra salud, puede enriquecerse a la vez que aumenta sus ventas…




Reducir las dosis:

Una muy mala idea para dejar de fumar

Muchas personas deciden reducir las dosis de cigarrillos antes de dejar definitivamente de fumar. Creen que irán controlando su adicción hasta dar el paso definitivo. Pero, al prolongar el tiempo entre cigarro y cigarro lo único que hacen es torturarse, alargando la sensación que produce la nicotina para más tarde, y obteniendo así una mayor recompensa. Fíjate en este ejemplo tan sencillo: ¿Qué cigarrillo es el que más te apetece tomar? El que te tomas al levantarte, que es cuanto más rato hace que no estás fumando. Así mismo, cuando dejes de fumar puede ser que notes ciertos síntomas debido al síndrome de abstinencia: tristeza, depresión, insomnio, irritabilidad, estreñimiento, dificultad de concentración, etc. No te preocupes, ya que no a todas las personas les afecta por igual, y hay remedios suficientes para afrontarlo todo.




LA ACUPUNTURA
acupuntura
La acupuntura es una muy buena herramienta para controlar con más facilidad el estrés y la ansiedad, también las ganas de comer, que puede provocar al inicio el hecho de dejar de fumar. No hace milagros, pero ayuda. El tratamiento suele ser semanal durante el primer mes, y luego se van alargando las sesiones hasta que ya no son necesarias. La sesión consta de acupuntura (puede que algo de masaje si la persona está muy nerviosa), dura una hora, y siempre se complementa con auriculoterapia. Aunque cada persona es distinta, insisto mucho en que el paciente que quiera dejar de fumar debe estar primero convencido de ello, y tener claro que la acupuntura ayuda en el proceso. En definitiva, quien va a dejar de fumar, eres tú.




Nuestras emociones:

La relación entre la mente y el cuerpo...

ansiedad
Algo que nos impide dejar de fumar es el miedo a no poder defendernos ante situaciones de estrés. Ese miedo (que luego genera ansiedad) a no poder disponer al instante de un cigarro cuando creemos que verdaderamente lo necesitamos. Veréis, dejas de fumar porque estás convencido de que es malo para tu salud, porque quieres ahorrar dinero, o por cualquier otro motivo. Parece que todo va bien pero, al pasar un día o dos, la nicotina empieza a desvanecerse y en nuestro interior surge la voz que reclama una dosis más. Hasta ese momento, la persona tenía pensamientos tipo: ”Voy a dejar de fumar por tal o cual razón”, pero, de pronto, sus pensamientos se llenan de excusas para hacerlo de nuevo: “Por uno que me tome…”. Debemos controlar nuestros pensamientos. Si queremos dejarlo, debemos restarle importancia al hecho de fumar en sí mismo y vivir en paz. Por ejemplo: cada vez que pensemos en cuántos días hace que no fumo, que nos fijemos en los anuncios, en el cigarrillo que fuma el compañero, si el mechero sigue en el bolsillo… le estamos dando fuerza a algo que no nos interesa y que no queremos. Es así como surgen los pensamientos, las excusas, y en pocos segundos ya estás fumando de nuevo.

El mayor reto consiste en convencerte a ti mismo de que debes olvidar el pasado y mirar hacia delante con una mentalidad distinta. Recuerda: La nicotina es una de las causas que impide que dejes de fumar, pero tu estado mental, las asociaciones que has ido haciendo durante tu vida: cerveza + pizza + cigarrillo = felicidad, te atan a seguir como siempre. Debes mentalizarte de que hay otros caminos para ser feliz, otras fórmulas. O, al final, puede que tu médico te dé la definitiva: angina de pecho + fumar = ya sabes a lo que me refiero…


Xavier Turell Nebot

Dejar de fumar



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