Cómo cuidar tus cervicales

La importancia de prevenir patologías graves



Cervicales
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Las cervicales suelen ser, después de las lumbares, uno de los principales motivos de visita en mi consulta de masajes y Medicina China en Sabadell. La columna cervical tiene 32 articulaciones que continuamente se van moviendo sin parar (de hecho, se mueven más de lo que solemos pensar). Además, el estrés y la tensión muscular inciden de una forma directa en nuestras cervicales produciendo diversas sobrecargas. Y es que el dolor cervical puede afectar nuestra calidad de vida de un modo significativo: tensión nerviosa, malas posturas, movimientos repetitivos, artrosis, protusiones, herbias discales… todo ello contribuye contribuye a empeorar cada vez más la situación.

En este artículo, os contaré aquello que es más relevante sobre el apasionante mundo de nuestras queridas y maltratadas cervicales, con la intención de poderos ayudar a comprenderlas y cuidarlas mejor.




Cervicales

Estudiemos su anatomía...

Estructura cervical
Tenemos siete vértebras cervicales que se conectan entre sí a través de tres articulaciones: una central, y dos laterales denominadas articulaciones facetarias. Estas articulaciones facetarias conectan una vértebra con la otra y guían la espina dorsal. Los movimientos que producen son escasos, y suelen inflamarse produciendo dolor y rigidez.

Entre vértebra y vértebra encontramos el disco intervertebral, que actúa como una especie de «cojin». En su interior hayamos un núcleo pulposo (una especie de gelatina) y a su alrededor el anillo friboso que está compuesto básicamente de agua, ya que su función es de amortiguar los impactos. También podemos encontrar en el disco un elemento tan importante como el colágeno, que suele irse reduciendo con el tiempo.

En las articulaciones, a parte de colágeno encontramos gel proteoglicano y ácido hialurónico que favorece la retención del agua dentro de los tejidos (podríamos decir que hace la función de lubricante). Este último elemento, también se va perdiendo gradualmente con el paso del tiempo.




ESTRUCTURA:
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Nuestra columna vertebral está formada por 33 vértebras. Las siete vértebras cervicales protegen nuestra médula espinal, aguantan el peso del cráneo (entre 4 y 6 kilos), y nos permiten mover la cabeza.
La primera vértebra en la que se apoya el cráneo se denomina Atlas, y es la que nos permite mover la cabeza hacia delante y atras en modo afirmativo. La segunda es el Axis, que facilita el movimiento hacia los lados en sentido negativo. Las siguientes cuatro vértebras son muy parecidas y, la séptima, es algo mayor ya que aguanta el peso de la cabeza.

Todas estas vértebras se encuentran arropadas por un conjunto de músculos, tendones, ligamentos y fascias que sujetan y refuerzan su estabilidad.

Las vértebras cervicales deberían formar (vistas lateralmente) una especie de curva denominada lordisis cervical. Pero algunas personas, debido a un traumatismo, a un esguince, al desgaste o a los malos hábitos, pueden tener una «rectificación cervical», perdiendo así dicha curvatura y ocasionando problemas cervicales ya que su centro de gravedad se desplazará hacia delante y tensionará más la musculatura del cuello.




Cervicalgia:

La relación entre la mente y el cuerpo...

cervicalgia
Hablamos de cervicalgia cuando nos referimos al dolor de cuello o a la zona cervical. Lo más habitual es que las malas posturas, el estrés, los traumatismos o la tensión nerviosa (problemas mecánicos), sean la causa de dicho dolor. Cuando las estructuras como los músculos, ligamentos o articulaciones se dañan e inflaman, surge el dolor de cabeza, los mareos, los vértigos, los hormigueos en los brazos, en las manos, etc. En todos los casos, lo primero que debemos hacer es encontrar la causa que ha producido el dolor para poder corregirla a tiempo y no empeorar la situación. Si sólo tratamos los síntomas que produce, no llegaremos nunca a solucionar el problema.

Sabemos por diversos estudios que las mujeres tienden a sufrir más problemas cervicales crónicos que los hombres. En principio, la causa (una vez excluimos el tabaquismo, el peso o la edad) es la relación con el tema hormonal que influye sin duda en las articulaciones.




RELACIÓN DE TERMINACIONES NERVIOSAS Y SU EXTENSIÓN:
C1 y C2: Cabeza y cuello.
C3: Diafragma.
C4: Músculos superiores del cuerpo. Deltoides, bíceps, al principio del brazo.
C5 y C6: Músculos extensores de la muñeca.
C7: Tríceps.
C8: Manos.



Desgaste articular:

El inevitable paso del tiempo...

El mal uso, el rozamiento y el paso del tiempo, son las primeras causas de desgaste articular. Los discos intervertebrales están cubiertos por un cartílago liso, brillante y resbaladizo que hace que las dos articulaciones se desplacen sobre ellas con facilidad. Al perder el agua del que está formado, con el tiempo el disco va disminuyendo de tamaño y le cuesta cada vez más amortiguar la tensión que se ejerce sobre él. ¿Qué sucede? Que cuando el disco intervertebral no puede amortiguar la presión, dicha tarea la comienzan a hacer también las articulaciones facetarias. El problema está en que dichas articulaciones facetarias también suelen haberse desgastado con el tiempo, algo que contribuye a empeorarlas todavía más.

Mantener una buena postura y relajar la musculatura cervical, ayuda sin duda a evitar los problemas de desgaste en el futuro.




Musculatura cervical:

El clima, las malas posturas... todo afecta a las cervicales

masaje cervical
La mayoría de las molestias cervicales son sin duda de tipo muscular. Es cierto que las articulaciones sufren y que podemos tener hernias discales u otras complicaciones, pero la musculatura siempre suele tener parte en el asunto. Cualquier movimiento brusco puede generar una contractura muscular. Además, aunque el dolor nazca en las cervicales puede generar puntos de dolor reflejo en otras areas más distales como por ejemplo los brazos, la cintura escapular o provocar cefaleas. Si nuestra muscultura cervical no está tonificada tendremos menos movilidad, menos equilibrio y nuestras vértebras cervicales no estarán bien protegidas. Ten en cuenta que en el cuello encontramos 54 músculos que se mueven contínuamente, siendo los que están situados en la porción lateral los que sufren con más frecuencia.




OTRAS CAUSAS DE DOLOR:
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En algunas ocasiones no es necesario que haya un problema cervical específico para que las cervicales nos duelan. Es el caso, por ejemplo, de la tensión arterial. Cuando sufrimos hipertensión puede que nos duelan las cervicales o que tengamos más dolor de cabeza. Esto se debe a que al aumentar la presión en las arterias, estas disminuyen su diámetro haciendo que circule menos sangre. Pero la hipertensión no es la única causa: los niveles de colesterol altos también pueden producir dolor cervical por un motivo muy parecido.



Causas de dolor cervical:

Conoce el origen para poder remitir sus síntomas...

Un simple movimiento brusco o un tirón de la musculatura cervical puede provocar un dolor agudo. Dicho dolor puede persistir durante días, pero no deberíamos tenerlo tras un par de semanas como mucho. Cuando el dolor se cronifica, debemos buscar el origen de la causa que puede variar según cada paciente: una mala posición que seguimos repitiendo todos los días, una mala postura al dormir, un uso excesivo del ordenador o del teléfono móvil, algún traumatismo, o incluso la inactividad puede ser uno de los motivos.

Debemos dividir la causa del dolor en dos partes: local y extraraquídea. En el dolor local, el problema suele encontrarse en los músculos, las articulaciones o los nervios. En cambio, cuando el problema se encuentra fuera del raquis (hipertensión, hiperglucemia, problemas digestivos, de vesícula biliar, un estrés excesivo), estos pueden ocasionar también dolor cervical y de cabeza. De hecho, cuando un paciente suele decir que le duele el cuello pero que puede moverlo perfectamente, es muy probable que la causa sea extraraquídea.





¿MUSCULAR O ARTICULAR?
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¿Cómo podemos saber de dónde nos viene el dolor cervical? Siéntate en una silla con la espalda recta, los pies un poco separados y pon las manos a los costados. En esta posición, mira lentamente hacia atrás como si fueras a mirar el techo. Si al hacer este movimiento ves que el dolor que tienes empeora, es muy posible que tengas un problema en tus articulaciones; si por el contrario, tu dolor mejora, es posible que se trate más bien de un problema muscular. En estos casos el masaje terapéutico es sin duda el más adecuado para quitar la sobrecarga o la tensión acumulada en la zona cervical.




Latigazo cervical o “Whiplash”:

El típico accidente de tráfico...

latigazo cervical
Tras un accidente de coche, son muchas las personas que vienen a mi consulta con un diagnóstico de latigazo cervical. Su causa es un repentino movimiento de la cabeza hacia atrás, hacia delante, o en ambas direcciones. Este movimiento puede lesionar varias estructuras del cuello: músculos, articulaciones o ligamentes, llegando incluso a rectificar la lordosis cervical. Sus síntomas son un evidente dolor cervical, dolor que irradia hacia los hombros, los brazos e incluso las manos. Puede haber sensación de hormigueo en las manos, fuerte dolor de cabeza, mareos, vértigos, y dificultad para mover la cabeza.

Algo que debemos entender es que los síntomas que ocurren tras un latigazo cervical puede aparecer días, semanas o meses después de la lesión. Algo que merece ser tomado en cuenta porque lo habitual es que tras el impacto la persona diga que se encuentra bien, que no es nada… cuando un tiempo después podría no serlo.

Si sufres latigazo cervical será necesario inmovilizar la zona, aplicar frío y tomar antiinflamatorios o relajantes musculares (según te recomiende el médico). Luego, será muy importante realizar ejercicios de recuperación e ir a un masajista profesional. En estos casos, el masaje terapéutico es de gran ayuda para mejorar los problemas de dolor y poder recuperar la movilidad de la cabeza. La combinación de masajes junto a ejercicios específicos en cada paciente, logran mejorar todavía más su efectividad.





Tipos de dolor:

Reconocer el origen del dolor es fundamental

El dolor agudo suele ser intenso y de aparición brusca. Limita el movimiento y lo más provable es que se trata de una contractura, una tortícolis, o lo que se conoce también con el nombre de mialgia cervical aguda. En cambio, cuando el dolor es crónico se alarga durante más de tres meses. A veces la persona puede mover algo el cuello, pero intenta evitarlo porque le causa molestias. Lo más habitual es que se trate de sobrecargas, malas posiciones, un desgaste articular, etc.

Cuando el dolor se extiende por el brazo, e incluso hasta los dedos de la mano, es muy posible que tengas un pinzamiento de la columna vertebral debido a una hernia discal. También puede producirse por una estenosis del conducto vertebral, o por una desviación de las vértebras debido a un accidente o a una caída.

Cuando al hacer varias posturas sientes dolor cervical, el motivo podría ser también un estrechamiento del conducto vertebral.

Si conforme abanza el día el dolor va dismunyendo, es más posible que sufras artrosis de las articulaciones facetarias (esto también se ve en problemas de rodilla o de caderas). Así mismo, también mejora el dolor en los días soleados, mientras que empeora si son fríos o húmedos.

Si el dolor se incrementa mientras abanza el día, podría estar relacionado con un exceso de estrés que favorece la tensión muscular. En estos casos, podemos encontrar mareos o vértigos, nauseas, falta de movimiento, hormigueos que van hacia los brazos o las manos (debidos a la propia contracción muscular).

*Aunque aquí te muestro una serie de posibles causas del dolor, recuerda que es el médico quien debe realizar siempre el diagnóstico final y determinar su origen.





DOLOR DE CABEZA:
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Cuando el dolor de cabeza se agraba al toser, si empeora al mover el cuello, si nos cuesta girar la cabeza y notamos tensión en el cuello, si nos duele el trapecio o la cintura escapular y la notamos rígida y con tensión, si el dolor se concentra en el ojo o en una zona concreta de la cabeza, o si el dolor aparece sólo en un lado de la cabeza pero luego puede extenderse a ambos lados… muy posiblemente estemos hablando de una cefalea debida a un problema cervical.




El sistema nervioso:

La importante relación con el nervio vago

sistema nervioso
Desde el cerebro, pasando por el cuello, circula la principal red nerviosa de todo nuestro organismo. Cuando tenemos problemas cervicales el nervio vago es uno de los que más se ven afectados, siendo éste uno de los nervios más importantes de nuestro sistema parasimpático y muy importante para el sistema nervioso vegetativo, (sistema que nos conecta con las vísceras de nuestro cuerpo). Hablamos de todos aquellos actos involuntarios: impulso cardíaco, la función de la vesícula biliar, del sistema digestivo, la dilatación de las pupilas, etc. Dicho de otra forma: nuestro sistema nervioso autónomo está dividido entre el sistema simpático (el que estimula) y parasimpático (el que relaja), actuando entre ellos de forma equilibrada. Es lo que en Medicina China llamaríamos un equilibrio entre el Yin y el Yang.

Sabemos que el sistema parasimpático surge del hipotálamo, y sabemos que el nervio vago conecta con también el hipotálamo. El nervio vago se estimula a través de los estímulos externos: la música, un olor, etc. De la misma manera que una contractura o cualquier lesión, podría estimular el sistema nervioso vegetativo provocando sudor frío, náuseas, mareos…

Por esa razón, cuando tenemos el típico latigazo cervical nuestro médico nos pregunta si sufrimos mareos, sudor, o náuseas. Si tienes estos síntomas, es posible que te hayas hecho un esguince.

Cuando el nervio vago no funciona correctamente podemos sufrir taquicardias, ya que controla la frecuencia cardíaca. Es muy habitual que la persona se asuste ya que la taquicardia le provoca un exceso de ansiedad, y esta, les provoca a su vez un exceso de sudoración. Esto es importante tenerlo en cuenta ya que no es la taquicardia la que provoca el sudor, sino la ansiedad misma que sufre el paciente debido a la taquicardia.



Riego sanguíneo:

Por el cuello pasan las arterias vertebrales que llegan sangre rica en oxígeno hacia el cerebro. La tensión muscular provoca contracturas que presionan dichas arterias, haciendo que la irrigación no se la más favorable. Es el caso típico de la persona que tiene el cuello tenso y dice sufrir dolor de cabeza, incluso fatiga visual.

Es en estos casos donde el masaje terapéutico tiene su mayor efectividad en el problema cervical, ya que relaja la musculatura y permite recuperar la buena circulación en la zona afectada.




El sistema esquelético:

Si sufrimos artrosis o tenemos calcificaciones en algunas vértebras cervicales, al mirar hacia arriba, es fácil que comprimamos algunas arterias y cortemos el paso de la sangre por un instante. Un instante más que suuciciente para provocarnos mareos o vértigos. Este hecho, es muy habitual con la gente mayor.



DEPORTE:
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La natación es sin duda uno de los deportes más completos para poder mantenernos sanos. Aún así, tenemos que prestar atención a algunos matices: si te duelen las cervicales es mejor nades a estilo espalda y que evites realizar braza, de esta forma, tu cabeza no forzará tanto la posición. Buscad un buen profesional que os aconseje a nadar bien y que os pueda aconsejar. Si realizas pesas controla muy bien la técnica para no hacerte daño. Los ejercicios con la máquina de remo son muy aconsejados ya que no deberían perjudicar tus cervicales si los haces corectamente. Recuerda que antes de hacer deporte siempre hay que calentar, y que es mejor que evites los deportes de impacto.



¿Cómo nos dañamos las cervicales?

Los malos hábitos van en primer lugar

dolor de cuello
Si tenemos en cuenta que nuestras cervicales no paran quietas en todo el día, comprenderemos que sin una buena educación postural es muy fácil dañarlas: el teléfono móvil, pasar muchas horas frente al televisor o el ordenador, la plancha, etc. Mucha gente pasa unas cinco horas diarias (e igual quedo corto), mirando las pantallas de varios dispositivos. ¿Cómo no nos van a doler las cervicales?

Las personas que son nerviosas suelen acumular mucha tensión en la musculatura del cuello y terminan por sentir dolor debido a las contracturas que se producen. De hecho, más del 80% de los problemas de cervicales son producidos por un exceso de tensión muscular. En mi consulta es algo que suelo ver todos los días… Nuestras cervicales se lesionan por dos factores clave: el emocional y el postural. Si los factores como el estrés o la ansiedad perduran con el tiempo, el dolor se cronifica gracias a las contracturas que se forman favorecen la inactividad y, por lo tanto, la atrofia muscular que, con el tiempo, generan nuevas tensiones y contracturas. Por ello es importante la movilidad de la zona y los ejercicios que os recomiendo en mis sesiones tras un masaje. Porque aunque te encuentres desanimado, es importante mover el cuerpo e ir activando nuestra musculatura todos los días.





PROBLEMAS CERVICALES:


Desgaste cervical:

Nuestras articulaciones de desgastan con el paso del tiempo. Cuando ese desgaste afecta a la zona cerviacl, hablaremos de cervicoartrosis o artrosis cervical. Muchas personas a partir de los 25 años ya pueden presentar síntomas de artrosis, y a partir de los 60, casi todo el mundo la tiene en un grado mayor o menor. No tiene porqué ser dolorosa, ya que como el cartílago no tiene nervios no hay sensores del dolor que nos avisen. Cuando hay dolor, es debido a que también está afectada la musculatura, los ligamentos, etc. Que rodean dichas articulaciones.


Esguince cervical:

Suelen impedir girar bien la cabeza y surge la rigidez cervical. Son debidos a un golpe o a un giro brusco de la cabeza. Si es leve se resolverá en pocos días pero si no mejora, deberá ir a tu médico para que haga una valoración de la lesión.


Protusión y hernia discal:

Entre vértebra y vértebra hay los discos intervertebrales, y dentro de éstos se encuentra el núcleo pulposo. Cuando este núcleo pulposo se desplaza hacia el exterior pero no llega a salirse hablamos de protusión, en cambio, cuando logra salirse hablamos de hernia discal. Cuando se pinza un nervios es cuando se produce el dolor y la inflamación. Cada vez hay personas más jóvenes que se ven afectados por este tipo de problemas y, es importante visitar al médico para que realice un buen diagnóstico. La mayoría de los casos se solucionan, aunque algunos tardan más que otros.


Tortícolis:

La tortícolis es un problema de contracción espasmódico de uno de los dos músculos laterales del cuello, y no es nunca un problema articular. Suele aparecer debido al frío, a una mala postura al dormir o a un cansancio excesivo. El calor y el masaje es lo mejor para solucionar una tortícolis. Recuerda que los estiramientos son recomendables para evitar este tipo de problemas pero que, cuando uno tiene tortícois, no debe hacer estiramientos.
Xavier Turell Nebot

Cervicales



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