Somatizar

14 / Septiembre / 2021

H ablamos de somatizar cuando aquellos malestares psicológicos que nos invaden todos los días terminan por manifestarse en una causa física: ya sea un dolor, un simple malestar o una enfermedad. El estrés y la ansiedad son grandes desencadenantes de futuras somatizaciones, pero también lo son los conflictos emocionales no resueltos. Cuando estos persisten con el tiempo, suelen expresarse con alguna que otra dolencia corporal. No estoy diciendo que todos los problemas físicos provengan de una mala gestión psicológica, sino que en una patología o molestia concreta, siempre debemos tener en cuenta la parte anatómica, fisiológica y mental de cada individuo; en Medicina china, siempre valoramos el Qi (energía), el Xue (la sangre) y el Shen (la mente).

Los síntomas más habituales cuando hemos somatizado algo suelen ser gastrointestinales (diarrea, estreñimiento, náuseas, vómitos); problemas sexuales (desajustes en la regla, impotencia, desapetito sexual); neurológicos (dolor muscular, sentir un nudo en la garganta); o respiratorios (sensación de ahogo, dolor en el pecho, incluso taquicardias).

Para poder evitar todo esto, es fundamental que sepamos identificar aquellas emociones que más nos afectan (y que no siempre deben ser negativas). Debemos hacer deporte y cuidar nuestra alimentación para permitir que nuestro cuerpo y nuestra mente se mantenga equilibrada. Cuando te invadan los problemas, concéntrate en tu respiración y encuentra soluciones sólo cuando te hayas calmado. Aprende a buscar nuevos puntos de vista y a saber valorarlos (no siempre es todo tal y como tú piensas, y no siempre puedes controlarlo todo). Y, sobre todo, aprende a pedir ayuda cuando la necesites. En consulta, veo muchos problemas de dolor de espalda que provienen de grandes cargas de estrés debidas a problemas psicológicos. Saber escuchar tu cuerpo, te servirá para empezar a escucharte a ti mismo, de ahí la importancia a veces de un buen masaje.



Comparte este escrito: