helicobacter pylori - Síntomas, remedios y soluciones
Helicobacter pylori
Infecciones por Helicobacter: síntomas y tratamientos
Última revisión: 17/09/2022
El Helicobacter pylori es una bacteria que habita en el epitelio gástrico, es muy resistente al medio ácido del estómago y suele provocar inflamación estomacal. De hecho, la mayoría de los pacientes suelen describir sus síntomas como si tuvieran un cuchillo clavado en la boca de su estómago. La mitad de la población mundial tiene esta bacteria y, entre este 50%, la mayoría convive con ella de forma asintomática. El Helicobacter pylori puede desencadenar una gastritis que puede llegar a afectar a todo el estómago, una gastritis erosiva, o úlceras gástricas. Incluso, puede hacer aumentar el riesgo de sufrir cáncer de estómago (teniendo en cuenta que, en este caso, hablamos de un 1% de la población).
En el año 2005, Robin Warren y Barry Marxhall fueron galardonados con el Premio Novel por su descubrimiento de la relación entre el Helicabacter pylori y las inflamaciones, las úlceras y el cáncer. Y pasaron bastantes años hasta relacionar esta bacteria con otras enfermedades, como por ejemplo el Parkinson.
Debemos tener en cuenta que el Helicobacter pylori habita dese hace más de 50.000 años en los seres humanos, y su evolución ha sido paralela a la nuestra. Actualmente existen tres tipos africanos, dos asiáticos, y uno europeo de estas bacterias, debido a que nuestros antepasados realizaron el periodo de migración de los pueblos hace miles de años. Cuanto más se distanciaban entre ellos, más distintos eran sus propios gérmenes estomacales. De hecho, el tipo africano llego a América gracias al tráfico de esclavos.
Cómo nos infectamos:
Contagiarse del Helicobacter pylori es muy fácil ya que la podemos encontrarlo en la saliva, en la placa dental o en las heces. Se puede transmitir de persona a persona a través de un simple beso, al compartir cubiertos o al no lavarse las manos tras ir al lavabo. También se puede transmitir a través del agua contaminada o a través de los alimentos. Por ello, la mejor manera de evitar el contagio es mantener siempre una buena higiene.
Hay dos factores que se conocen y que son responsables de que la variante (helicobacter pylori) sea mucho más agresiva: por un lado encontramos el cagA, una especie de jeringuilla a través de la cual la bacteria puede inyectar determinadas sustenacias dentro de nuestras células; y el VacA, que consiste en pinchar de forma contínua a las células estomacales provocando que se rompan con más facilidad. Cuando hay estos dos factores, las posibilidades de sufrir problemas estomacales aumentan en el paciente.
Síntomas más comunes:
Los síntomas más habituales son: la hinchazón abdominal, la pérdida del apetito, la sensación de plenitud (aunque hayas comido poco), el dolor abdominal (punzante), náuseas (sobre todo a primeras horas de la mañana), vómitos con sangre o sin sangre, etc.
Si la variante de Helicobacter contiene el VacA, al pinchar las células estomacales provocará una inflamación crónica hasta que se desintegren. En personas mayores, esto provoca que la persona tenga cada vez menos apetito.
Al mismo tiempo, en nuestro estómago hay células madre que fabrican tropas de refuerzo para poder sustituir dicha pérdida. Pero cuando estas células se sobrecargan, aumentamos la capacidad de comerter errores y pueden crear céulas cancerígenas.
Úlcera estomacal:
Nuestro estómago está protegido por una pared de mucus que produce nuestro epitelio gástrico. Gracias a este mucus, los dos litros de ácido clorhídrico que produce todos los días nuestro estómago no destruye sus paredes, pero sí facilita la digestión de los alimentos que consumimos. La bacteria Helicobater pylori crece en la capa mucosa protectora del revestimiento gástrico, estando menos expuesta a los jugos gástricos; además, produce amoníaco, protegiéndose todavía más del ácido gástrico y permitiéndole romper la capa de mucus para penetrar en su interior (de ahí que se produzca la úlcera).
Resumiendo, podríamos decir que utiliza dos estrategias muy simples: por un lado neutraliza los ácidos que se encuentran a su alrededor, y por otro se desliza por debajo de la membrana mucosa (ya que es capaz de hacer que esta sea más líquida facilitando su desplazamiento). Para ello, tiene largos flagelos de proteínas que hace revolotear como si se tratara de una hélice propulsora.
¿Estoy infectado?
Para saber si tienes Helicobacter pylori, no hay nada más fácil que visitar a tu médico. Si este sospecha que puedes estar infectado, se suele realizar un prueba de aliento. Se trata de una prueba no invasiva y con un 98% de fiabilidad. También podría realizar un estudio de las heces o una gastrocopia.
Tratamiento convencional:
Eliminar el Helicobacter pylori no es tarea fácil. Lo más habitual es que durante un par de semanas aproximadamente tengamos que tomar una combinación de antibióticos para poder acabar con la bacteria de nuestro estómago. Ya sabemos que los antibióticos son perjudiciales para nuestra microbiota, pero debemos hacer caso a nuestro médico si no queremos tener otro tipo de problemas todavía más perjudiciales para nuestra salud. Y, puede que incluso, en algunos casos no haga falta tomarlos. El médico será siempre quien nos dirá lo que debemos hacer. Ten en cuenta también, que en algunas ocasiones no solamente deberemos tomar antibióticos, sino que es posible que debamos combinarlos con algún inhibidor de la bomba de protones (un protector de estómago).
Si no tienes síntomas digestivos, lo más habitual es que no sea necesario tomar antibióticos.
Protector natural
El regaliz tiene un efecto restaurador sobre las mucosas al mismo tiempo que produce un efecto antiinflamatorio. Por eso, se recomienda la toma de regaliz como alternativa natural a los protectores de estómago (omeprazol) y para reducir los riesgos de sufrir gastritis. Si lo tomas con infusión, puedes mezclarlo también con rabo de gato, anís verde o malva.
Omeprazol:
Se trata de un inhibidor de la bomba de protones que actúa inhibiendo la enzima H+/K+ ATPasa (responsable de la acidificación del contenido del estómago). Así que lo usamos para tratar las alteraciones de la mucosa gástrica debidas a un exceso de ácidos o en los casos de úlcera donde la mucosa también está alterada. Además, lo podemos comprar en la farmacia sin receta previa (que no significa que lo puedas tomar por tu cuenta).
Hoy en día, la gente abusa mucho de este fármaco sin ser consciente de sus contraindicaciones. El omeprazol no sirve para después de comer o de consumir alcohol, ni elimina el ardor de estómago. Su abuso favorece la aparición de la Candida albicans y de un déficit de vitamina B12; además de aumentar el riesgo de padecer cáncer de estómago. Ten cuidado...
Inhibidores y antiácidos:
Los protectores de estómago (inhibidores de la bomba de protones), reducen la protección del ácido clorhídrico mientras que los antiácidos la contrarrestan. Los antiácidos neutralizan el exceso del ácido para que no nos afecta tanto, en unos diez minutos podemos notar sus efectos y nos alivian de forma rápida. El más conocido es el Almax (almagato), un producto que si lo tomamos con frecuencia nos puede provocar efectos secundarios no deseados...
Remedios naturales:
Durante el tratamiento médico será imprescindible dejar de tomar alimentos que estimulen la secreción de jugo gástrico o que sean irritantes. Tener unos niveles de estrés altos o tomar comidas picantes puede agravar los síntomas de una posible úlcera. Además, la cafeína (que estimula la secreción del ácido del estómago), el alcohol, o el tabaco también son perjudiciales. También debes tener en cuenta que fumar hace que tengamos más posibilidades de sufrir úlceras, pero, además, ralentiza mucho el proceso de curación sobre este tipo de bacteria.
¿Qué hábitos alimentarios debemos tener en cuenta? Come despacio, sin prisas y masticando bien. No te acuestes después de comer, descansa sentado una media hora después de cada comida. Haz comida sencilla: vapor, hervidos o al horno; si cocinas en plancha no hagas la comida muy tostada. Come menos y más veces al día (5 o 6 veces estaría bien), y nada de comidas abundantes. No tomes los alimentos muy calientes o muy fríos, las temperaturas extremas irritan el estómago. Debes hacer una dieta blanda y tomar: arroz hervido, caldo vegetal, pan blanco, calabaza, boniatos, patata hervida, pollo, pavo, conejo (carnes que no tengan mucha grasa ni que sean demasiado fibrosas), merluza, rape, huevos pasados por agua o en tortilla (nunca fritos), manzana, pera, acelgas, judías, espinacas, zanahorias, judías verdes, yogur desnatado, queso fresco, aceites de oliva y agua.
Sobre todo, recuerda que debes evitar: Picantes, cítricos, alcohol, alimentos fritos, carnes procesadas, café, té, refrescos, harinas refinadas, chocolate, alimentos ultraprocesados, escabeches, salsa de soja, mayonesa, mostaza, especias, frutas ácidas (piña, pomelo, naranja, mandarina), col, repollo, coliflor, cereales integrales, frutos secos, pescado azul y marisco, garbanzos, lentejas, alubias (las legumbres en general), y los lácteos enteros, tanto si son de vaca, de oveja o de cabra.
Una vez la infección desaparezca, tu nutricionista te dirá cómo debes ir introduciendo de nuevo los alimentos retirados.
Probióticos:
Mientras sigues el tratamiento médico, algunos expertos aconsejan el uso de probióticos. Pero ahora ya sabemos que no se trata de tomar cualquier probiótico. En este caso, tomaremos uno que proviene de la cepa Lactobacillus rhamnosus, quien nos facilitará reducir la infección gastrointestinal. También son interesantes el Lactobacillus plantarum y el Lactobacillus salivarius; estos nos ayudarán a neutralizar los efectos del Helicobacter pylori. Lo ideal es tomarlos cada día tras haber tomado una buena cantidad de alimento. También puedes usar enzimas digestivas, que se suelen tomar antes de las comidas (bromelina).
Una posible alternativa a la toma de antibióticos (todavía en fase de estudio) podría ser un extracto concentrado de brócoli: el sulforafano. Se ha descubierto que esta sustancia bloquea la enzima con la que el Helicobacter neutraliza el ácido estomacal.
Infusiones:
Para mejorar las molestias digestivas puedes realizar infusiones con jengibre, miel, menta o manzanilla. El jengibre es muy beneficiosa para el aparato digestivo, es un antibacteriano, protege la pared estomacal y neutraliza los ácidos digestivos. La menta contiene menta piperina que nos beneficia en caso de tener gastritis. La manzanilla nos ayuda a la cicatrización y a reducir la inflamación en la mucosa intestinal, reduciendo el dolor. Y la miel mejora el movimiento intestinal y la absorción de los alimentos que consumimos. Pero, además, nos ayuda en caso de sufrir gastritis o úlceras provocadas por el Helicobacter pylori.
Cosas buenas del Helicobacter pylori:
Como os decía al comenzar este artículo, el Helicobacter pylori convive con nosotros desde hace miles de años y no estamos todos muertos. Y eso es debido a que no todo lo que nos ofrece es malo...
En estudios realizados, el Helicobacter nos proporciona una fiabre protección contra el asma durante la época de nuestra infancia (según se ha visto en ratones). Además, cuando eliminamos esta bacteria, los procesos asmáticos se complican. De hecho, se ha comprovado que en los países desarrollados con una disminución de la tasa de Helicopbacter, hay más patologías relacionadas con el asma, las alergias, la diabetes o la neurodermitis.
¿Cómo es posoble? Pues sabemos que el helicobacter se acopla a nuestro estómago y se encarga de que fabriquemos una cantidad suficiente de linfocitos T reguladores (por eso es tan importante para el asma). Así que, en el fondo, no todo es malo...
Medicina Tradicional China:
En Medicina china hablamos de factores patógenos externos que pueden empeorar nuestra salud. Pero también decimos que un factor externo puede afectarnos dependiendo de si nuestro organismo está más o menos equilibrado. Es decir, si nuestra salud es fuerte, aguantará aún estando en una situación difícil. Es por ello que no nos centramos en eliminar bacterias o virus, sino en reforzar nuestro sistema inmune y nuestra fortaleza interior para resistir los golpes de la vida. Cuando esta barrera se rompe y la enfermedad se manifiesta y evoluciona, es cuando debemos ir al médico.
Hay que tomar antibióticos cuando estos son necesarios. Hay también que complementar con suplementos naturales y una buena alimentación para mejorar el tratamiento, y para evitar nuevas infecciones. Así pues, en Medicina china indagamos para comprender que tipo de desequilibrio nos muestra el cuerpo del paciente, para poder restablecer los canales energéticos, eliminar sus bloqueos, y lograr que el Qi fluya de forma libre y segura de nuevo.
Biografías: «La digestión es la cuestión», Giugia Enders - Urano, 2014
«¿Por qué me duele la tripa?», Ángela Quintas - Planeta, 2022
Revista de Gastroenterología de México
Helicobacter pylori - Síntomas y tratamientos Xavier Turell Nebot
Comparte este artículo:
Artículos relacionados
Dieta Fodmap
Reflujo gástrico
Ansiedad
Xavier Turell
Masajista en Sabadell
Medicina China
Horario:
Lunes a viernes de 09:00h a 21:00h. Sábados de 09:00h a 14:00h
Cita previa
Toda la información de esta página web, ejercicios o consejos son puramente orientativos y será utilizada a propio juicio y riesgo del lector. Si tiene cualquier problema de salud consulte siempre con su médico.
Este portal web sólo utiliza cookies propias con finalidad técnica, no recaba ni cede datos de carácter personal de los usuarios sin su conocimiento. Para más información, consulta nuestra política de cookies. Política de Cookies